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LOS TRASTORNOS ADAPTATIVOS

Las situaciones estresantes de la vida actual ( pérdida de empleo, separación, divorcio, jubilación, enfermedad, movimientos migratorios..), suelen acarrear en casi todos nosotros algunos síntomas (Pincha aquí) como apatía, pérdida de apetito, insomnio, irritabilidad, que aparecen durante unos días mientras nos adaptamos a la nueva situación. Sin embargo, en algunas personas, están manifestaciones se agravan llegando a producir síntomas ansiosos: taquicardias, sensación de opresión torácica, nudo en la garganta, sequedad, de boca, mareos, molestias gástricas o abdominales así como síntomas depresivos: llantos frecuentes, ruptura con actividad gratificantes, pérdida de interés, anorexia o pérdida de peso, enlentecimiento psicomotor (la persona anda y se mueve de forma visiblemente más lenta de lo habitual), sentimientos de desesperanza etc.., Cuando esta situación provoca malestar clínicamente significativo hablamos de trastornos adaptativos.

los  trastornos adaptativos constituirían una reacción de tipo depresivo y ansioso principalmente, pero reactiva a una “causa justificada”, a diferencia de otros trastornos ansiosos y depresivos en los que el enfermo reconoce no tener ninguna razón objetiva por la que encontrarse así lo que muchas veces incrementa su malestar con sentimientos de culpa.

Es un motivo de consulta al que el psicólogo y el médico de atención primaria están acostumbrados. Estos últimos suelen utilizar tratamientos antidepresivos y ansiolíticos que tras un tiempo pueden dar buenos resultados, sin embargo, en otros casos es difícil que una persona que piense que ya no sirve para nada, o que esa circunstancia estresante a la que se ha visto expuesto no le hará volverse a encontrar bien, mejore sin que mediante un tratamiento psicológico aprenda estrategias para hacer frente a su nueva situación y a distanciarse de sus propios pensamientos negativos, mediante la pérdida de credibilidad de los mismos. Por tanto, podemos decir que existen una serie de interpretaciones de la realidad que realizan las personas que se ven más afectadas anímicamente ante los estresores psicosociales y que se conocen como distorsiones cognitivas. La modificación de estas creencias desadaptativas son las que provocan los cambios anímicos y las mejoras en la capacidad de afrontamiento de los afectados a las situaciones estresantes.