Antidepresivos y riesgo de suicidio

Desde este blog ya hemos venido advirtiendo de la relación existente entre el uso de antidepresivos y el riesgo de suicidio en adolescentes (Pincha aquí). Ahora ésta relación, junto con la escasa eficacia de éstos fármacos en el tratamiento de los trastornos depresivos y de ansiedad vuelve a confirmarse en un estudio publicado por el Doctor Hengartner en la revista @frontpsychiatry.

Ya en el año 2004, los editores de la prestigiosa revista The Lancet (Pincha aquí) encontraron que los estudios publicados  del uso en niños de antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)  tales como la fluoxetina, o la  paroxetina entre otros, constituían una historia de manipulación, confusión y fracaso institucional. En su análisis quedó demostrado que la mayoría de ensayos clínicos con antidepresivos en niños y adolescentes fueron esponsorizados  por la industria farmacéutica y tenían serias limitaciones metodológicas. Muchos estudios no fueron publicados debido a sus hallazgos desfavorables, que podían afectar a la cuenta de resultados de tas farmacéuticas. Algunos de ellos fueron escritos por personas diferentes a los investigadores, reportando sólo los resultados favorables y excluyendo aquellos con resultados desfavorables así como las verdaderas tasas de suicidios que aparecían con el tratamiento.

Las advertencias de las autoridades reguladoras de farmacovigilancia ya alertaron en 2003 (MHRA)  y 2004 (FDA) de la relación entre el uso pediátrico de los antidepresivos y el riesgo de suicidio, algo que se restringió sólo para la fluoxetina, por ello, algunos autores defendieron  reservar su uso como segunda opción sólo para casos de adolescentes con formas resistentes de depresión.

En cualquier caso, el uso de antidepresivos en niños y adolescentes se ha incrementado en la mayoría de los países en los últimos 10 o 15 años a pesar de las advertencias de suicidio, las serias limitaciones sobre las evidencias de eficacia y las crecientes controversias sobre riesgos y beneficios y sobre el efecto placebo. El objeto de estos estudios ha sido proveer de una colección de artículos que se focalicen en dos asuntos principales; primero analizar la evidencia científica actual sobre la seguridad y eficacia de los antidepresivos con especial énfasis en el suicidio y la regulación de las advertencias sobre el mismo, y segundo, el análisis de las tendencias en las tasas de prescripción y patrones de utilización incluyendo el sobreuso de antidepresivos y el incremento de las aproximaciones farmacológicas en el tratamiento de los trastornos mentales.

Otros autores (Pincha aquí) han revisado la eficacia  de la nueva generación de antidepresivos para su uso pediátrico no encontrando beneficios en niños y sólo beneficios marginales en adolescentes en ensayos clínicos a corto plazo. En cualquier caso, encontraron que los resultados eran problemáticos e inconclusos debido a las altas tasas de abandono, los posibles síndromes de abstinencia que imitan la recaída y las tasas de recaída no diferentes del curso natural del trastorno.

En otro estudio (Pincha aquí) los autores analizaron las evidencias en la que se basó la FDA en 2004 para emitir la advertencia de «recuadro negro» en las cajas de los antidepresivos, donde se advertía que su uso aumentaba el riesgo de suicidio en jóvenes. Según los investigadores, la advertencia está basada en datos sólidos, obtenidos de pruebas rigurosas que constataban una relación robusta entre la prescripción de antidepresivos en jóvenes de EE.UU. y mayores tasas de suicidio. En concreto, la FDA consultó a un panel independiente de expertos en suicidio de la Universidad de Columbia para revisar los datos. Esos expertos concluyeron que los antidepresivos aumentaron el riesgo de suicidio en un 71% y el riesgo de agresión en un 79% en comparación con el placebo en la población pediátrica.

 

0