Ser víctima de un suceso traumático puede desencadenar en la persona afectada un estrés severo (Pincha aqui) . Cuando este estrés severo da lugar a un cuadro de síntomas disociativos y a un estado de ánimo ansioso depresivo, de menos de un mes de duración hablamos de un trastorno por estrés agudo, si la sintomatología se prolonga más allá del mes, entonces hablamos de un trastorno de estrés postraumático (TEP). Aunque existen tratamientos que son eficaces para el abordaje del TEP (Pincha aqui), para prevenir la aparición de alguno de estos cuadros clínicos existen una serie de medidas que se conocen como Primeros auxilios psicológicos en víctimas de sucesos traumáticos.
La intervención psicológica temprana en personas víctimas de un suceso traumático tiene por objeto detectar personas con vulnerabilidad que puedan estar en riesgo, evitar o retrasar la aparición del trastorno así como discriminar a las víctimas necesitadas. Los primeros auxilios psicológicos en víctimas de sucesos traumáticos consisten en aliviar el sufrimiento de las personas atendiendo a sus necesidades básicas, conectarlas con su red de apoyo familiar y social, fomentar su mejoría física y la incorporación progresiva a su vida cotidiana. Para ello es fundamental la provisión de medidas para la regularización de los ritmos circadianos (regularización de los ciclos vigilia/sueño), la recuperación progresiva de las rutinas cotidianas y la expresión de los sentimientos (ventilación emocional).
Para discriminar a las personas en riesgo de desarrollar TEP habría que determinar si existe una historia de antecedentes psicopatológicos previos personales o familiares, si ha sufrido traumas previos y de que tipo ( víctimas de daño intencional presentan mayor impacto psicológico que las que han recibido daño no intencional como accidentes o catástrofes naturales), si existe una necesidad de buscar culpables, conductas evitativas, amnesia disociativa, negación cognitiva (reacciona como si no hubiera pasado nada) , trastornos psicológicos previos, rigidez cognitiva, falta de apoyo sociofamiliar.
Las personas cuyo sufrimiento no encuentra alivio a pesar de haber intentado satisfacer sus necesidades básicas, su conexión con la red de apoyo sociofamiliar, que no regularizan sus rutinas cotidianas y que además tienen factores predisponentes previos deben ser derivadas a un profesional de la salud mental para realizar intervenciones clínicas o medidas de prevención primaria o secundarias.
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