Redes Sociales y Salud Mental

En la últma década hemos asistido a un incremento de la prevalencia de trastornos psicológicos en jóvenes. Del mismo modo, en este mismo período de tiempo se ha producido  un aumento de la conectividad «online» y el acceso a las nuevas tecnologías como nuevas formas de interacción social. Algunos estudios (Pincha aquí) han encontrado un vínculo entre el uso de Redes Sociales y  la Salud Mental de los jóvenes, en los que aumentó la incidencia de comportamientos problemáticos, baja autoestima y síntomas de tipo depresivos.

Numerosos  trabajos científicos encuentran una correlación positiva entre el mal uso de redes sociales y el incremento de la depresión en la población juvenil, (Pincha aquí) igual que ocurre con otros síntomas psíquicos como la ansiedad. Algunos autores han señalado como orígen del mal uso de las redes sociales un déficit de habilidades sociales que al generar una evitación de contactos sociales no virtuales provocan un uso excesivo de las redes sociales para paliar ese déficit. De este modo, el estudiante podría intentar compensar su baja autoestima derivada de su inhabilidad social y su aislamiento social con un incremento del tiempo de conexión en redes sociales.

La evitación del contacto social real y su sustitución por el virtual no contribuye al aprendizaje de habilidades sociales y por tanto redunda negativamente en la autoestima porque además favorece el aislamiento social, lo que contribuye a la aparición y mantenimiento de sintomatología ansioso-depresiva y el empèoramiento de la calidad de vida de los jóvenes.

Entre los aspectos que influyen en el impacto de las Redes Sociales en la salud mental de los jóvenes están, como factores de riesgo, el aislamiento social, la baja actividad física, el uso problemático de Redes, el bajo rendimiento académico o el déficit habilidades sociales, entre otros.

Las afecciones más comunes en la salud mental de los jóvenes pòr el uso de redes están la depresión, la ansiedad, el estrés, la adición a internet, el síndrome FOMO (Fear of Missing Out), problemas de sueño así como menos felicidad y más baja autoestima o un  aislamiento social extremo o síndrome de Hikikomori, síntomas que se han venido relacionando así mismo con un incremento del riesgo de conductas autolesivas (Pincha aquí)

Como hipótesis de trabajo podríamos plantear que la reducción del tiempo dedicado a las relaciones virtuales seguido de un aumento del tiempo de duración de los contactos sociales no virtuales podrían incrementar la competencia en habilidades sociales mejorando la autoestima de los jóvenes y reduciendo el aislamiento social.

 

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