Trastorno dismórfico corporal

Dentro de las categorías diagnósticas del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) existe una categoría diagnóstica, el Trastorno dismórfico corporal en el que la persona tiene una preocupación excesiva sobre su aspecto físico externo, preocupación que causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. Como ocurre en los sujetos aquejados de hipocondriasis, que no encuentran alivio en las explicaciones médicas que descartan posibles patologías por las que el sujeto está preocupado,  tampoco las personas diagnosticadas con un trastorno dismórfico corporal  encuentran mejoría tras someterse a tratamientos estéticos, dermatológicos o de cirujía.

El trastorno dismórfico corporal se caracteriza por la preocupación por uno o más defectos percibidos en la apariencia física que no son observables o sólo se aprecian ligeramente. Y y por conductas repetitivas (p. ej., comprobaciones en el espejo, arreglo personal excesivo,o la bús-queda excesiva de informaciones tranquilizadoras) o actos mentales (p. ej., comparar la apariencia de uno mismo con la de otras personas) en respuesta a las preocupaciones sobre el aspecto. No se incluyen aqui las preocupaciones por el peso o la grasa corporal como ocurre con los trastornos de la conducta alimentaria. Si se incluye, sin embargo la dismorfia muscular que es una forma de trastorno dismórfico corporal que se caracteriza por la creencia de que la propia estructura corporal es demasiado pequeña o no es lo suficientemente musculosa, conocido tambien como «vigorexia».

Entre los síntomas del trastorno encontramos una preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia a otras personas,  la realización de comportamientos (p. ej., mirarse en el espejo, asearse en exceso, rascarse la piel, querer asegurarse de las cosas) o actos mentales (p. ej., comparar su aspecto con el de otros) repetitivos como respuesta a la preocupación por el aspecto así como  un malestar clínicamente significativo que puede generar deterioro en aspectos sociales, laborales u otras áreas importantes del funcionamiento de indivíduo.
Se excluyen del diagnóstico la preocupación por el aspecto acerca del tejido adiposo o el peso corporal en cuyo caso se podrían  cumplir los criterios diagnósticos de un trastorno de la conducta alimentaria.

La busqueda de soluciones estéticas, quirúrgicas o de aumento de masa muscular con ejercicio excesivo y anabolizantes pueden provocar problemas de salud irreversibles como ocurre con otras psicopatologías (Pincha aquí) que sin embargo no van a reducir el nivel de malestar que la persona tiene sobre su aspecto físico.

Parece fundamental realizar un diagnóstico diferencial para aquellas personas que deciden someterse a procedimientos quirúrgicos para descartar la existencia de esta psicopatología cuyo tratamiento no es estético sino psicológico.

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