Tratamiento Psicológico del tabaquismo

TRATAMIENTO  PSICOLÓGICO DEL TABAQUISMO

1) Cuestiones previas: ¿Porqué un Tratamiento Psicológico del Tabaquismo?

            El tabaquismo queda referenciado en el manual de diagnóstico clínico de los trastornos mentales (D.S.M-IV), (Asociación de Psiquiatría Americana, 1994)dentro del epígrafe de los trastornos relacionados con sustancias, pudiendo diferenciar entre el trastorno por consumo de nicotina (dependencia a la nicotina) y los trastornos inducidos por nicotina (abstinencia a la nicotina y trastorno relacionado con nicotina no especificado). A diferencia de otras sustancias, en la nicotina no aparecen criterios de abuso e intoxicación.

 

Por otro lado, el hecho de que esta enfermedad se incluya dentro de los trastornos mentales no es fortuito, ya que como veremos vamos a encontrar muchas similitudes entre las manifestaciones clínicas de este trastorno y las de otros trastornos psicológicos referenciados en otros epígrafes del citado manual, concretamente el que se refiere a los trastornos de ansiedad. Estas similitudes pueden ser categorizadas en tres niveles:

 

A nivel cognitivo: Una serie de creencias catastrofistas sobre las propias capacidades de afrontar las situaciones ansiógenas, pensamientos obsesivos, visión negativista del futuro y una interpretación extremista de la sintomatología propia del síndrome de abstinencia y de los efectos de cesación del hábito. Esto trae como consecuencia una clínica que cursa con ansiedad y en ocasiones con estado de ánimo distímico. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros trastornos mentales, en los trastornos de ansiedad inducidos por sustancias, el enfermo oscila de la egosintonia a la egodistonia, de ahí la necesidad de aplicar además estrategias motivacionales

 

A nivel conductual: Conductas evitativas de aquellas situaciones catalogadas por el paciente como de riesgo y en ocasiones conductas compulsivas. Estas experiencias pueden asimismo fomentar el mantenimiento del sistema de creencias erróneo referenciado anteriormente.

 

A nivel fisiológico: Un cambio neuroquímico que puede hacer conveniente la indicación de terapia farmacológica

 

La diferencia principal que encontramos con respecto a los trastornos de ansiedad en general es que en ellos no se ha producido necesariamente la interrupción del consumo de la sustancia que produce el síndrome de abstinencia. Sin embargo, los clínicos con experiencia en el tratamiento de ambas patologías nos encontramos a menudo con que estas manifestaciones clínicas de tipo ansioso se prolongan más allá de la finalización del síndrome de abstinencia (una-dos semanas) pudiéndose entonces cumplir criterios de diagnóstico para un trastorno de ansiedad inducido por sustancias. Por otra parte esta sintomatología ansiosa aparece incluso en los días previos a dejar de fumar (ansiedad anticipatoria) o en pacientes en tratamiento con nicotina sustitutiva o bupropión.

 

El análisis de lo expuesto hasta ahora junto con el hecho de que encontramos pacientes en nuestras consultas que refieren diferentes niveles de dificultad en el abandono aún cuando están bajo tratamiento con nicotina sustitutiva o bupropión e independientemente de su consumo, y la circunstancia de que el consumo pueda espaciarse con una menor o nula dificultad cuando se duerme o se está en situaciones en las que no se puede fumar, plantea la posibilidad de que esta adicción esté sujeta más que otras a la influencia de los aspectos cognitivos referidos anteriormente. Por lo que podría darse una bidireccionalidad en la que el síndrome de abstinencia podría producir todo el compendio de pensamientos ansiógenos referenciados más arriba y en la que las mismas creencias producirían niveles de ansiedad que junto con el síndrome de abstinencia pudieran contribuir a elevar la dificultad del paciente para superar la etapa de abandono. Utilizar en estos casos el tratamiento farmacológico indicado (Daughton et als, 1991) , tratamiento psicológico o ambos puede contribuir a reducir el número de pensamientos ansiógenos así como la intensidad del síndrome de abstinencia.( Beck et als. 1985,1974).

2) Tratamiento psicológico del tabaquismo: Tratamiento psicológico multicomponente.

Si bien el desarrollo de tratamientos psicológicos para muchos trastornos no adictivos llevaban años desarrollándose, no es hasta la década de los sesenta hasta cuando no empiezan a llevarse a cabo. En la actualidad se han desarrollado métodos psicológicos muy eficaces para el tratamiento de los fumadores, muchos de ellos utilizados con éxito en otras patologías (otros trastornos adictivos y en los trastornos de ansiedad fundamentalmente). El tratamiento multicomponente aglutina técnicas psicológicas de corte cognitivo y conductual adaptadas a esta patología concreta.(Becoña 2003), (Becoña, García. 1990).(Pincha aquí)

La aplicación de las técnicas psicológicas incluidas en un programa multicomponente son complejas y no se pueden aplicar de la misma forma en cada paciente, sino que hay que adaptarlas en función de las características de personalidad de cada individuo (hay que tener en cuenta que una misma frase puede ser interpretada por cada sujeto de muy diferente manera en función de sus expectativas, experiencias previas, personalidad etc.). por ello es necesario que sea el psicólogo o el psiquiatra con formación en tratamientos psicológicos, el profesional insustituible y legalmente capacitado para este tipo de intervenciones.

El cronograma en las intervenciones debe comenzar con poco espaciamiento entre sesiones (una o dos a la semana de una hora de duración cada una), para luego ampliar el espacio entre sesiones fomentando progresivamente la autonomía del paciente.

La eficacia de los tratamientos psicológicos para dejar de fumar presentan una evidencia científica tipo A, es decir, que existen numerosos ensayos clínicos bien controlados que inducen a la conclusión de que son tratamientos eficaces y de elección.

Al igual que en los trastornos de ansiedad las herramientas fundamentales utilizadas por los psicólogos en el tratamiento del tabaquismo van a ser tres. Estas estrategias pueden ser perfectamente combinadas con el tratamiento farmacológico de los pacientes fumadores.

2.1.-Modificación cognitiva: Las creencias del paciente son las responsables de la fase motivacional en la que se encuentra. Los Estadíos de Cambio están basados en el cambio motivacional de paciente que se produce a través del cambio cognitivo. Los pacientes que piensan que el tabaco no le afecta y que es útil en sus vidas y no se plantean por tanto dejarlo suelen estar en la fase precontemplativa , aquellos fumadores que detectan inconvenientes en el tabaco aunque siguen creyendo que es necesario en sus vidas, que tiene ventajas y que se plantean que en un futuro sería conveniente dejarlo suelen estar en la fase contemplativa. Por último los pacientes en los que la visión de los inconvenientes de seguir fumando es más constante y cotidiana que la referente a las ventajas de fumar podrían encontrarse en la fase de preparación-acción.

Los psicólogos cognitivos-conductuales categorizamos este sistema erróneo de creencias como distorsiones cognitivas. Las más frecuentes en la fase de preparación y acción suelen ser las que aparecen a continuación:

*Generalización excesiva: consiste en fijarse en las experiencias previas negativas para establecer un modelo predictivo: “Si nunca he estado un día sin fumar significa que no lo conseguiré”, “la otra vez recaí, para qué intentarlo”, “En mi último intento lo pasé fatal, está vez será igual o peor”, “lo peor es al mes, ya me pasó la vez anterior”.

*Error del adivino: Consiste en establecer predicciones negativas sobre el futuro de forma arbitraria e injustificada: “no seré capaz por mucho que lo intente”, “La ansiedad durará toda la vida”, “No conseguiré afrontar el estrés del trabajo sin fumar”, “lo pasaré fatal en las fiestas si no fumo”.

*Magnificación o minimización: Consiste en agrandar o empequeñecer la importancia de un acontecimiento: “fumar es un placer”, “me gusta fumar”, “fumar relaja”, “no me afecta fumar”.

*Filtro mental: Consiste en fijarse sólo en los detalles negativos de una realidad de forma que ésta se oscurece completamente: “desde que lo he dejado sólo he conseguido estar más irritable”, “estoy peor que cuando fumaba”.

La estrategia utilizada para modificar estas creencias es la interrogación socrática, La técnica consiste en realizar preguntas al paciente que sugieren un posicionamiento de mismo respecto a sus propias ideas, que son sometidas a un análisis lógico con respuestas diferentes al si o al no.

2.2.-Estrategias de autocontrol

Es necesario proveer al paciente de una serie de habilidades básicas que incrementen tras su aplicación las expectativas de autocompetencia del paciente. Las estrategias más utilizadas son las Técnicas de Relajación y el Entrenamiento en Inoculación de Estrés.

  1. A) Técnicas de relajación

*Relajación por respiración

*Relajación muscular progresiva

*Relajación autógena

En ellas se procede al control de la ansiedad mediante el manejo de los aspectos cognitivos y somáticos implicados en la misma, principalmente la atención y el ritmo respiratorio o tensión muscular. Se basan en el modelo de inhibición recíproca de Sherrington (1906), que posteriormente dio pié los procedimientos de desensibilización sistemática de Wolpe (1952,1954)

  1. B) Entrenamiento en Inoculación de Estrés

Es una técnica que se utiliza después de la modificación cognitiva y del entrenamiento y aprendizaje de la técnica de relajación, consiste en el ensayo encubierto de los pensamientos y habilidades de afrontamiento en las situaciones problemáticas graduadas en cuanto a dificultad.

El uso de autorregistros específicos es de gran importancia por suponer un elemento de retroalimentación para el paciente y una herramienta dentro del proceso terapéutico para el psicólogo. Los más utilizados en el tratamiento del tabaquismo son las listas de pros y contras (lista de motivos) y autorregistros de conducta específicos (registro de consumo diario en pacientes con reducción progresiva y registro de la ansiedad situacional asociada al consumo).

  1. C) Desensibilización Sistemática

Esta técnica (Wolpe, 1954) está basada principalmente en desensibilizar al fumador a los estímulos que preceden la conducta de fumar, que son fundamentalmente los causantes de las recaídas. El objetivo que se pretende conseguir es disminuir la ansiedad que genera el no poder fumarse un cigarrillo en estas situaciones concretas. La desensibilización se va realizando de manera progresiva, disminuyendo el número de situaciones y espacios donde le está permitido fumar, dejando para el final aquellas que son más incomodas o menos placenteras para el fumador. Esta técnica no tiene eficacia demostrada por si sola pero sí integrado en un programa multicomponente bien estructurado.

2.3.-Exposición, afrontamiento y comprobación de hipótesis

El objetivo de estas técnicas es la extinción de las respuestas condicionadas de ansiedad( Beck 1985) y el cambio profundo en el sistema de creencias respecto al tabaco. Para ello, utilizamos la exposición en vivo. En esta técnica, el objetivo es exponer al paciente a las situaciones ansiógenas en las que comprobar que ese sistema alternativo de creencias logrado tras la modificación cognitiva es cierto, y que el sistema de creencias anterior propio del adicto no resiste un análisis lógico. Igualmente con la aplicación de las técnicas de afrontamiento perseguimos lograr que el exfumador aumente sus expectativas de autoeficacia y su motivación por el logro.

Los fracasos o recaídas tienen también su utilidad al permitirnos realizar una análisis de la interpretación que el sujeto hace de la misma y analizar las estrategias de afrontamiento que fueron efectivas y las conductas a extinguir.

2.?.- Contrato por contingencias

Estos contratos consten en la adquisición de un compromiso por parte del fumador acordado con el terapeuta, por el cual establece una fecha para dejar el consumo de tabaco, en caso ce que no lo cumpla el fumador tendrá que realizar lo acordado en el contrato- Este tipo de contrato se firma delante de una persona que sea importante para él y ante la cual se sienta realmente comprometido a cumplirlo (un hijo, esposa…9. habitualmente el compromiso que adquiere el fumador se intenta que no sea sólo económico sino que conlleve la realización de alguna actividad o tarea que suponga un esfuerzo real para él. Este tipo de contratos conlleva un objetivo puramente motivacional para el cumplimiento del mismo.

También se puede realizar el contrato con el terapeuta, aportando el fumador una cantidad económica inicial y comprometiéndose con el terapeuta y a cambio este cada vez que verifique la abstinencia le irá reembolsando la cantidad de dinero acordada por ambas partes al firmar el contrato. El objetivo de este tipo de contrato no estando la motivación como el mantenimiento de abstinencia.

2.4.-Otras técnicas psicológicas: Técnicas aversivas

Estas técnicas tienen como objetivo principal el conseguir que el refuerzo positivo que obtiene el fumador n con la conducta de fumar sea sustituido por una sensación negativa ante un cigarrillo (Erickson et als., 1983). Las técnicas aversivas más utilizada para este tipo de tratamientos son:

-Fumar rápido: Los autores de este método fueron Lichtenstein y Harris. De todas las terapias aversivas para dejar de fumar es la más conocida y utilizada, sin embargo es una técnica que no se puede realizar con cualquier persona y habría que llevarla a cabo en un espacio acondicionado para ello y con medios precisos para poder atender al paciente en caso de complicación por su uso.

Esta consiste en fumar tan rápido y con caladas tan profundas como el fumador sea capaz de realizar. Cada inhalación se realiza cada cinco o seis segundos durante un periodo aproximado de quince minutos, descansando cinco minutos y repitiendo los ensayos durante una hora.

Durante los descansos realizados en la sesión el fumador comenta con el terapeuta las sensasiones negativas que tiene cuando fuma, la terapia tiene una duración aproximada de dos o tres semanas siendo alrededor de la sexta sesión cuando el fumador abandona el consumo de   cigarrillos-

Esta técnica requiere de un examen médico previo, ya que su utilización conlleva un aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión sanguinea, así como una incremento de la concentración de carboxihemoglobina en sangre, por lo que sería una técnica totalmente contraindicada para pacientes hipertensos, con enfermedades cardiovasculares o respiratorias. Además el paciente tiene que estar preparado psicológicamente para afrontar toda la sintomatología desagrable asociada al consumo masivo de nicotina que podría cursar con vómitos, nauseas, taquicardia, sudoración, mareos…

-Retener el humo: Esta técnica fue desarrollada por Tori y Koper. Esta consiste tal como su nombre indica en retener el humo inhalado en la boca durante unos 30 segundos, realizando las inhalaciones respiratorias por la nariz y sconcentrandose en las sensaciones desagradables que está sintiendo durante la misma. Los ensayos se repiten unas seis o siete veces descansando entre ellos otros 30 segundos.

-Saciación: La técnica de saciación fue utiliza por primera vez por Resnick, esta consiste en aumentar el consumo del número de cigarrillos del fumador hasta cuatro veces más de lo que fuma habitualmente durante un periodo de tres o cuatro semanas tras el cual el fumador abandona el consumo de tabaco, durante este tiempo el fumador sufre los síntomas claros de una intoxicación nicotínica(sudoración, mareos, vómitos…). Dentro de las técnicas aversivas, los estudios existentes proporcionan pruebas insuficientes para determinar la eficacia del método de fumar rápido, o si existe una relación dosis -respuesta en la estimulación aversiva. Las versiones más moderadas del tabaquismo aversivo parece que carecen de una eficacia específica. El fumar rápido es un método de utilidad no comprobada que cuenta con suficientes indicaciones prometedoras que justifican que sea evaluado con el uso de una metodología rigurosa y moderna.( Hajek P, Stead LF.2007).

El asesoramiento se puede proporcionar a través de las líneas telefónicas directas como parte de un programa o por separado y potencialmente brinda acceso a una mayor cantidad de personas. La revisión de los ensayos encontró que el asesoramiento telefónico fue efectivo; las sesiones múltiples son probablemente más útiles.( Stead LF, Perera R, Lancaster T.,2007)

2.5.- Modelo de prevención de recaídas (Marlatt & Gordon)

El programa de Prevención de Recaídas llevado a cabo dentro del programa multicomponente para dejar de fumar está formado por   técnicas de Modificación de Conducta cuyo objetivo es conseguir que el sujeto adquiera las habilidades de afrontamiento necesarias poder mantener el periodo de abstinencia e impulsar cambios en su estilo de vida de manera que le dificulten el consumo de cigarrillos.

Este programa está basado en el modelo teórico de prevención de recaídas propuesto por Marlatt y Gordon (1985), los autores afirman que la recaída se da cuando la persona se expone a una situación de riesgo y no tiene estrategias de afrontamiento suficientes para enfrentar la situación manteniendo la abstinencia.

Los autores defienden con su modelo que si el sujeto es capaz de realizar una estrategia de afrontamiento adecuada frente a una situación de riesgo, la probabilidad de la recaída es menor, este hecho la persona lo vive con una gran sensación de control lo que unido a la expectativa de sentirse capaz de enfrentarse con éxito a las próximas situaciones difíciles que se le presenten hacen que aumente su percepción de autoeficacia.

Este aspecto es muy importante para conseguir prevenir las recaídas de consumo, ya que cuantas más situaciones de riesgos sea capaz de enfrentar el sujeto, mayor será la probabilidad de que se mantenga la abstinencia ya que aumenta la percepción de control. (Marlatt y Gordon 1985).

Por tanto y basándonos en este modelo, en nuestro programa de prevención de recaidas nos planteamos los siguientes objetivos:

  • – Que la persona comprenda porque fuma.
  • – Que aprenda a identificar pensamientos, situaciones y emociones asociadas al consumo de tabaco y aprenda afrontarlos de manera adecuada sin la necesidad de fumar.
  • – Que sea capaz de identificar las posibles señales de alerta que les pueda llevar a una posible recaída-
  • – Que aprenda a distinguir entre caída y recaída para que sea capaz de enfrentarla y retomar el periodo de abstinencia.

2.6.-Otras técnicas motivacionales: La entrevista motivacional (Miller & Rodnick)

La entrevista motivacional es un estilo de ayuda concreto y directo, cuyo objetivo principal es que la persona sea capaz de resolver la ambivalencia que existe con respecto a un hábito de vida no saludable, facilitándole para ello encontrar los motivos que hace que mantenga dicha conducta y los que le llevarían a abandonarla.

El punto clave de la entrevista motivacional es que los motivos para el cambio son expresados por el paciente y nunca por el terapeuta, este sólo actúa de facilitador del proceso llevando a cabo un papel de escucha activa y reflexiva, sería como un espejo para el sujeto donde iría viendo reflejado todos los argumentos que va exponiendo a lo largo del dialogo que mantiene con el terapeuta y sólo va decidiendo las opciones que quiere tomar.

Por tanto el comportamiento terapéutico principal de una   entrevista motivacional se caracteriza por:

*Escuchar de manera reflexiva, intentando comprender a la persona y el motivo de su ambivalencia.

*Expresar empatía, es decir intentar comprender y aceptar a la persona tal y como es, esto le facilita que tome una decisión para decidir un cambio.

*Crear discrepancia, nuestro objetivo como coterapeuta no es que la persona se sienta aceptado tal y como es y no decida cambiar, sino que tenemos que confrontarlo con la realidad haciendo que se de cuenta de la disonancia existente entre lo que hace y lo que le gustaría hacer.

*Evitar la discusión, tenemos que tener mucho cuidado de no caer en discusiones con la persona ya que podrían aparecer resistencias y esto nos indicaría que necesitamos modificar determinados aspectos en nuestro modo de actuar.

*Dar un giro a las resistencias, en caso de que aparezcan tenemos que intentar cambiar y dar un nuevo giro a los puntos de vistas, si rebatimos las resistencias nos podría llevar al discusión.

*Fomentar la autoeficacia, si la persona lo enfrentamos con una conducta no saludable pero el no se siente capaz de   cambiarla, raramente iniciará el cambio. Por tanto tenemos que hacerle ver que es él el que puede y debe cambiar y que nosotros estamos para ayudarle en ese camino del cambio que el sólo ira diseñando.

2.7.-Otras aportaciones de la psicología al ámbito del tratamiento de las adicciones: el modelo transteórico de cambio (Prochaska & Diclemente, 1983).

El modelo Transteórico es reciente y fue dado a conocer por los autores James Prochaska y Carlo Diclemente, los autores proponen un modo de reconocer la disposición para el cambio que presenta una persona que desea cambiar un hábito o conducta no saludable, para ello presentan 4 estadíos de cambio:

  • – Precontemplación
  • – Contemplación
  • – Acción
  • – Mantenimiento

Existiendo un estadio de puente entre el contemplativo y la acción denominado de preparación que los autores los han omitido durante más de siete años por no considerarlo especialmente significativo.

Actualmente este modelo se utiliza en el proceso de abordaje del tabaquismo para reconocer en que fase se encuentra un fumador que desea cambiar su hábito y adaptar el tipo de intervención en función de la fase de cambio en la que se encuentre cada fumador. Las fases de cambio se caracterizan por:

  • – Fase precomtempaltiva, el fumador no tiene ningún interés por cambiar, no identifica ningún riesgo que le motive a adoptar algún cambio en su hábito.
  • – Fase contemplativa, el fumador empieza a identificar los riesgos de su comportamiento y se da cuenta de los beneficios que podría alcanzar si cambiara.
  • – Fase de preparación, la persona tiene la firme intención de adoptar un cambio en su comportamiento en un futuro inmediato, en esta etapa puede empezar a experimentar pequeños cambios.
  • – Fase de acción, el fumador realiza un cambio en su conducta, esta fase se localiza desde las primeras 24 horas sin fumar hasta los seis meses sin fumar.
  • – Fase de mantenimiento, el fumador ha realizado un cambio en su conducta, el periodo de esta fase los comprende desde los seis meses sin fumar hasta los cinco años.

2.8.-Estrategias psicológicas con diferentes grados de evidencia en el tratamiento del tabaquismo:

-La hipnosis es un tipo de terapia psicológica utilizada por algunas personas que quieren dejar de fumar, este tipo de terapia se incluye a menudo como parte de algunos programas de ayuda para el abandono del hábito tabaquico. La técnica utilizada habitualmente se basa en conseguir que el fumador alcance un estado de mayor receptividad ante las indicaciones para la cesación, pero hay otros métodos utilizados como los que intentan debilitar el deseo o fortalecer la voluntad de la persona para dejar de fumar.

Sin embargo, la evidencia científica disponible hasta el momento sugiere que la hipnoterapia no produce efectos significativos en esta área y por tanto se necesita investigación adicional con buen diseño antes de llegar a una conclusión firme.

Abbot et al. En una revisión bibliográfica sobre “Hipnoterapia para dejar de fumar” no han podido demostrar que “tenga un efecto mayor que otras intervenciones o ningún tratamiento sobre las tasas de abandono del hábito de fumar a los seis meses. Los efectos de la hipnoterapia sobre el abandono del hábito de fumar comunicados en estudios no controlados no fueron confirmados por el análisis de ensayos controlados con asignación al azar”.(Abott et als. 2007). Otros enfoques metodológicos como las Psicoterapias de corte dinámico, etc.. no han mostrados evidencias de eficacia en el tratamiento del tabaquismo.

3) Cronograma en las intervenciones psicológicas del tabaquismo

3.1.-Entrevista Clínica: Recogemos en la anamnesis datos referentes a antecedentes patológicos médicos o psicológicos, historia de consumo, dependencia, motivación e historia de intentos previos de abandono así como patologías concomitantes, y medicación. Si está indicado derivamos al médico.

3.2.-Explicación de los fundamentos teóricos y prácticos del tratamiento: Muy importante cuando los pacientes tienen una buena motivación, para incluirlos en caso de que acepten, en un programa de tratamiento individual o grupal. En sujetos poco motivados estaría indicado el uso de algunas estrategias motivacionales (Entrevista motivacional), contemplando la posibilidad de mantener una nueva cita y animando a realizar un primer intento en solitario ofreciéndole algunos consejos.

3.3.-Desarrollo del tratamiento: Es necesario utilizar una sesión semanal de una hora de duración. Suele ser suficiente el empleo de entre cuatro a siete sesiones, dependiendo de si se utiliza o no tratamiento farmacológico. Generalmente el paciente deja de fumar entre la primera y la tercera o cuarta sesión, también en función de si se utiliza o no bupropión, vareniclina o TNS. En las primeras sesiones se comprueba la realización de tareas y el grado de cumplimiento de las mismas así como de la terapia farmacológica. Se discuten las experiencias para modificar creencias y conductas así como para mejorar la adherencia del paciente. En las últimas sesiones cuando se ha suspendido el consumo, la intervención se orienta a la prevención de recaídas y afrontamiento de situaciones presentes y futuras.

3.4.-Seguimiento: En las intervenciones psicológicas es necesario un espaciamiento progresivo entre sesiones. Instaurar en el paciente un nuevo repertorio de conductas y un sistema de creencias alternativo requiere en un primer momento de una corta demora entre sesiones (una o dos a la semana), además de una duración de las mismas no inferior a 45 minutos. En los tratamientos médicos por el contrario, no tiene por qué darse necesariamente esta condición.

Una vez que nos aseguramos que el paciente obtiene cierta autonomía en el manejo de las situaciones cotidianas sin fumar procedemos a un espaciamiento entre sesiones hasta lograr la remisión total sostenida.

4) Eficacia de los tratamientos psicológicos en tabaquismo

Dentro de los estudios relativos a la eficacia de los diferentes tratamientos de deshabituación tabáquica podemos referirnos a la revisión clásica de Schwartz (1987), en la que se analizaron más de 400 ensayos que oscilaban en períodos de seguimiento de entre seis y doce meses. A continuación se presenta un cuadro resumen con aquellas intervenciones que mostraron más eficacia a los doce meses:

 

Método de intervención % de eficacia mediana % de ensayos con tasas de eficacia mayor del 33%
1. Programas multicomponentes 40 65
2. Intervención médica con pacientes cardíacos 43 63
3. Saciación de fumar y otros procedimientos 34,5 58
4. Intervención médica con pacientes pulmonares 31,5 50
5. Fumar rápido y otros procedimientos 30,5 50
6. Reducción gradual de ingestión de nicotina y alquitrán 25 44
7. Prevención de factores de riesgo 31 43
8. Programa de formato grupal 28 39
9. Hipnosis individual 19,5 38
10. Chicle con nicotina y tratamiento conductual 29 36

(Adaptado de Becoña 2003)

Otra fuente de evidencias científicas la constituyen las revisiones de la Cochrane, los tratamientos psicológicos eficaces según la Cochrane Collaboration se especifican a continuación (Pereiro et als,2008)

– Consejo conductual individual (OR=1.55) (Lancaster y Stead, 2001).

– Programa de terapia de conducta para dejar de fumar (OR=2,10) (Stead y Lancaster, 2001).

– Terapia aversiva para dejar de fumar (OR= 2.08) (Hajek y Stead, 2001).

– Intervenciones de autoayuda (OR=1.23) (Lancaster y Stead, 2001). A su vez los materiales personalizados fueron más efectivos que los estándar (OR=1.41) y el consejo telefónico proporcionado por una persona entrenada incrementa la eficacia (OR=1.62).

Todo lo anterior indica claramente que el tratamiento psicológico, de acuerdo con los estudios comparativos realizados por la Cochrane Collaboration, como por el metanálisis de Schwartz es un tratamiento efectivo.

5) Conclusiones

Funciones del tratamiento psicológico del tabaquismo:

Motivar para el abandono rompiendo con aquellas creencias mantenedoras del problema.

Proveer de las estrategias y habilidades suficientes para su posterior puesta en práctica.

Promover el afrontamiento de las situaciones cotidianas.

Comprobar e interpretar las experiencias fruto del afrontamiento.

Reforzar los logros obtenidos.

Mantener el efecto del tratamiento en el futuro.

 

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Los detalles metodológicos de esta revisión la podemos en encontrar en T h e Cochrane Library Abstracts:h t t p : \ \ w w w. u p d a t e – s o f wa re. c o m / c web/cochrane/revasts/g160index.htm.

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