Tratar La Salud Mental

Desde la reforma psiquiátrica hace ya varias décadas, una vez superado el “modelo manicomial”, las cosas no han avanzado mucho  (Pincha aquí). Seguimos inmersos en un modelo puramente asistencialista, donde se espera a que el individuo desarrolle todo un compendio de síntomas psicopatológicos e incluso a que éstos se instauren plenamente para comenzar a dar algo de importancia a la salud mental de la persona, para empezar a tratar la salud mental.

Si se nos han enseñado pautas para reducir tales o cuales riesgos para nuestra salud física, no ha sido así con aquellas necesarias para proteger nuestra salud psíquica. De hecho no es infrecuente que, a diferencia de lo que ocurre con los síntomas de problemas médicos, los de carácter psíquico sean en sus comienzos ignorados por el que los padece, o tenga dificultad para identificarlos, o que espere a que remitan espontáneamente o a intentar “curarse uno mismo”. Prestamos más atención sanitaria a un  catarro que a problemas de habilidades sociales o a una baja autoestima; conceptos éstos últimos mucho más desconocidos que el anterior, a pesar de evolucionar con un curso más insidioso.

Por otra parte, el abordaje terapéutico totalmente medicalizado para los trastornos psíquicos a día de hoy está de espaldas a la evidencia científica, tal como publica el NICE (Pincha aquí) , en un amplio metaanálisis. Un elevado porcentaje de consultas de Atención primaria se deben a problemas psícológicos (en algunos estudios alrededor del 60% ) y se prescriben muchos más fármacos antidepresivos y ansiolíticos de lo indicado para la prevalencia de todos los trastornos juntos que se tratan con ellos, lo que redunda muy negativamente en la presión asistencial y el gasto en prescripciones (Pincha aquí)

Nos encontramos de espaldas a conceptos como el de Resiliencia, al menos en su significado psicológico,  (Pincha aquí) incapaces de darnos cuenta de cómo la resistencia a la frustración, las habilidades sociales, las estrategias de afrontamiento de estresores psicosociales…juegan un papel crucial en el desarrollo de trastornos mentales en el futuro, y de que estas habilidades se pueden aprender. Iniciativas como el programa Forma Joven pueden constituir la plataforma ideal para la Promoción de la Salud en este sentido, contribuyendo así a “redondear” la atención a la prevención de la salud de los jóvenes, dotándoles  de estrategias  que les ayuden a afrontar satisfactoriamente los retos de la vida adulta.

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