En ocasiones anteriores hemos hablado de las características del Trastorno Dismórfico Corporal o Dismorfofobia (TDC) (Pincha aqui) y habíamos visto que el trastorno dismórfico corporal se caracteriza por la preocupación por uno o más defectos percibidos en la apariencia física que no son observables o sólo se aprecian ligeramente, así como por conductas repetitivas (p. ej., comprobaciones en el espejo, arreglo personal excesivo,o la búsqueda excesiva de informaciones tranquilizadoras) o actos mentales (p. ej., comparar la apariencia de uno mismo con la de otras personas) en respuesta a las preocupaciones sobre el aspecto. No se incluyen aqui las preocupaciones por el peso o la grasa corporal como ocurre con los trastornos de la conducta alimentaria. Si se incluye, sin embargo la dismorfia muscular que es una forma de trastorno dismórfico corporal que se caracteriza por la creencia de que la propia estructura corporal es demasiado pequeña o no es lo suficientemente musculosa, conocido tambien como «vigorexia». En esta ocasión vamos a ver las implicaciones entre Dismorfofobia y Cirugía Estética.
Conociendo las características de este trastorno, en el que las preocupaciones por el aspecto físco son recurrentes y no disminuyen con cambios estéticos, es de vital importancia realizar un triaje para detectar la presencia de estos pacientes en las consultas de medicina estética y reparadora.
Algunos estudios sitúan la prevalencia de personas aquejadas de este trastorno y que acuden a clínicas de cirugia Estética entre el 6% y el 15% según Phillips (Pincha aqui). Otra serie, recogida por Ishigookay y colaboradores muestra una prevalencia del 47,7%(Pincha aqui) ; en Europa en cambio, se señala que la prevalencia en la consulta de la especialidad sería del 9,1% (Pincha aqui). A su vez, una investigación realizada por Veale recoge que de una muestra de 50 pacientes diagnosticados de TDC, el 26% se había sometido a intervenciones estéticas previamente. En la consulta dermatológica la prevalencia también sería mayor que en la población general, alcanzando entre un 9,0 y un 12,0%.
En cuando a la satisfacción postquirúrgica, un estudio publicado por Crerand (Pincha aqui) con 200 sujetos diagnosticados de TDC a los que se les había practicado intervenciones de Cirugía Estética concluyó con que sólo el 3% de los pacientes intervenidos resultó beneficiado por el procedimiento quirúrgico que disminuyó su patología inicial. La disconfiormidad con su aspecto se mantuvo o aumentó en la gran mayoría de los pacientes del estudio. En 2 de cada 5 casos, los cirujanos sufrieron amenazas por parte de los pacientes tanto físicas como legales (Pincha aqui).
Además está descrito que la Cirugía Estética podría empeorar el cuadro del TDC, como ocurre con la hipocondriasis de la que hemos hablado en este blog (Pincha aqui) donde la preocupación sobre las enfermedades no disminuye a pesar de la existencia de pruebas médicas que las desestiman, en el TDC podría ocurrir lo mismo.
DIC