La Soledad, predictora del infarto de miocardio

Desde hace algunos años, numerosos estudios científicos señalan la importancia de los síntomas asociados a la depresión, como  la soledad, la tristeza y el aislamiento social con las enfermedades cardiovasculares entre las que se encuentra el Infarto Agudo de Miocardio (IAM). Podríamos preguntarnos si la soledad es predictora del infarto de miocardio.

La relación entre depresión y un incremento de padecer IAM, o de que éste se repitiera, ya fue observada por el Departamento de Salud de Estados unidos en 1998, cuando anunciaron que el 66% de los pacientes con IAM  presentaban previamente cuadros clínicos compatibles con trastornos depresivos o de ansiedad.

Un estudio bien contrastado, y publicado en la prestigiosa revista médica Circulation en 1999, concluye que la Depresión, la Ansiedad, los Factores de Personalidad o rasgos de carácter, El Aislamiento Social y el Estrés Crónico se consideran los precursores de la enfermedad coronaria.(Pichar aqui)

Incluso, la sola presencia de síntomas pertenecientes a síndromes depresivos, como la disforia, la tristeza y la desesperanza deben considerarse de riesgo, siendo esta última la más vinculada con la muerte súbita, tal y como señalan algunos investigadores de prestigio (pincha aqui)

La depresión también parece tener un valor pronóstico en la enfermedad. En un estudio con 222 pacientes se comprobó tras seis meses de seguimiento que aquellos que tenían síntomas depresivos tenían una mortalidad del 18% en comparación con el 4% de mortalidad de los pacientes que no presentaban esos síntomas.(pincha aqui)

Parece ser por tanto, que a las medidas habituales recomendadas por los médicos para prevenir los problemas cardiovasculares, como eliminar el consumo de tabaco, reducir la ingesta de alcohol y realizar ejercicio físico, habría que sumar estrategias tendentes a enseñar a las personas afrontar las situaciones estresantes de la vida cotidiana. De la misma manera que desde pequeños se nos enseñan habilidades para reducir la accidentabilidad (como mirar antes de cruzar la calle) o la posibilidad de sufrir una toxoinfección alimentaria (lavarse las manos antes de comer, no coger cosas del suelo), deberíamos aprender como afrontar la frustración, el estrés o la soledad (pincha aqui) 

De la misma manera que hoy parece impensable no prevenir en la población, desde la escuela, los hábitos nocivos o la accidentabilidad, tenemos que plantearnos  la necesidad de implementar en las políticas educativas aspectos relativos a la educación emocional; desde habilidades sociales, hasta autoestima, y no solo en la escuela  también en población general y vulnerable.

Desde la psicología existen las herramientas adecuadas para intervenir sobre problemas emocionales tanto antes de que aparezcan, con medidas de prevención y promoción de la salud, como una vez instaurados éstos síntomas, siendo la terapia cognitivo-conductual la más eficaz para tratar síntomas ansioso- depresivos(pincha aquí)

Por tanto, si la soledad es predictora del infarto de miocardio tal y como muestran los resultados, el aumento de las redes de apoyo social para reducir la soledad de las personas puede redundar positivamente en la relación entre la soledad como predictora del infarto de miocardio.

 

 

 

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