¿Porqué es difícil dejar de fumar?

Aunque sabemos que la mayoría de los fumadores padecen una dependencia a la nicotina, la dificultad para dejar de fumar no se elimina proveyendo al fumador de nicotina a través de parches transdérmicos chicles o sprays. Entonces, ¿porqué es difícil dejar de fumar?

Seguramente usted conozca a personas que hayan intentado dejar de fumar apoyándose en tratamientos con nicotina sustitutiva como los parches o chicles y no lo hayan logrado, o hayan experimentado ansiedad u otros síntomas que han asociado a dejar de fumar, a pesar de estar recibiendo nicotina en su organismo a través de estos dispositivos. ¿Pero por qué ocurre esto?

Ocurre que durante las fases de inicio al consumo de tabaco el fumador tiene que conciliar el deseo de fumar, con la conciencia de daño que acarrea el consumo de cigarrillos. Por ello, el fumador empieza a asociar a los momentos de consumo pensamientos a favor de fumar o en contra de dejarlo. Son pensamientos que generan ansiedad por fumar y que conocemos como pensamientos ansiógenos ligados al consumo de tabaco.

Si la nicotina provocase por sí misma reacciones intensas de abstinencia, una persona que fumase un cigarrillo cada hora en la vigilia, durante la noche el síndrome de abstinencia o «el mono», le despertaría  cada hora de la noche para fumar y volver a dormir. Sin embargo, esto no ocurre, es decir, el fumador no fuma durante la noche como lo hace de día, así que la abstinencia a la nicotina no tiene la capacidad de despertarnos durante el sueño.

Como ejemplos de pensamientos ansiógenos ligados al consumo de tabaco estarían «por uno no pasa nada», «fumar es un placer», «me gusta fumar», «es el único vicio que tengo», «de algo hay que morir», «si dejo de fumar engordaré», «sin fumar me subiría por las paredes», «no seré capaz de afrontar el estrés sin fumar» etc…

Los pensamientos ansiógenos están asociados al momento de fumar con una alta frecuencia, es decir, el fumador ha tenido este tipo de pensamientos asociados al consumo de tabaco la mayor parte de las ocasiones en las que fuma. Por tanto, lo más probable cuando uno se plantea dejar de fumar, es que en todas las situaciones en las que fumaba aparezcan  todo el compendio anterior de pensamientos generadores de ansiedad.

Existen pensamientos de afrontamiento o reductores de la ansiedad por fumar como por ejemplo: «fumar mata», «fumar provoca cáncer», «fumar reduce la esperanza de vida hasta en 20 años», «Fumar me provoca tos y disnea», «Fumar contamina mi sangre con monóxido de carbono», «Fumar hace que me canse más y más rápido»..etc..Sin embargo, Estos pensamientos a pesar de ser mucho más reales y comprobables objetivamente, se dan en muy pocas ocasiones, o sólo aparecen cuando hemos satisfecho nuestra necesidad de fumar, por lo que frecuentemente aparecen después de muchos años de consumo, cuando el fumador se mete en la cama para dormir.

En algunas ocasiones los pensamientos de afrontamiento aparecen de manera espontánea debido al entorno donde uno se encuentra. En estos casos, el fumador puede permanecer sin fumar largos períodos de tiempo sin problemas. Esto ocurre, por ejemplo, en los sitios donde está prohibido fumar, ya que en ellos, el momento de fumar en vez de ir seguido de pensamientos ansiógenos, viene seguido de un pensamiento de afrontamiento como por ejemplo «no se puede» o «si fumo me multarán».

En otras ocasiones es una mala noticia sobre la salud la que puede asociarse al momento de fumar. Este es el caso del fumador que lo deja «por miedo», donde cada vez que pasa por una situación asociada a fumar, aparece un pensamiento de afrontamiento relacionado con una mala experiencia de su salud, por ejemplo asociando al momento de fumar recuerdos de su ingreso hospitalario.

Asociar un recuerdo desagradable al consumo de cigarrillos hace que éstos pasen de quedar ligados a situaciones y momentos agradables, para hacerlo a situaciones y momentos desagradables asociados a fumar.

Como ocurre con el estrés postraumático, una actividad considerada agradable pasa a ser desagradable cuando se asocia a acontecimientos negativos (por ejemplo el sexo es agradable, pero deja de serlo cuando se asocia a una agresión sexual, y el paciente aquejado de estrés postraumático por este hecho, llega a rechazar el sexo por desagradable al quedar asociado sólo a la agresión sexual). En el caso del fumador, esta asociación produce el rechazo de los cigarrillos y una abandono sin dificultad ni abstinencia, ya que se eliminan los pensamientos ansiógenos y quedan sustituidos por pensamientos de afrontamiento.

Asociar a la conducta de fumar pensamientos aversivos o de afrontamiento, reduce la ansiedad asociada a la deshabituación y posibilita el abandono del tabaco (Pincha aquí)

 

 

 

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